jueves, 15 de noviembre de 2012

Curiosidades.


Gatos y moscasNuestro adorable gato, ese felino “salvaje” en potencia, tenga la edad que tenga, jamás renunciará a sus instintos y a su claro y manifiesto interés por la caza y su expresión doméstica, el juego.



Nuestros felinos muestran un interés, a veces obsesivo, por la caza de todo pequeño ser volador que entre en nuestros hogares. Y no se trata de una necesidad alimenticia, como podría entenderse en los ejemplares que viven en libertad y que se han de alimentar por si mismos, sino que es la respuesta a un instinto que siempre está presente en los innumerables juegos que viven a diario.
El juego para el gato, desde su más tierna infancia, es muy útil para algo más que “pasar el rato”:

- Para los pequeños gatitos, la interacción con sus hermanos o con el humano, con los elementos móviles que se encuentra a su paso, animados o inanimados, es una forma clara de aprendizaje de las técnicas de caza que pudieran llegar a necesitar a lo largo de su vida.
- El juego en los gatitos es una forma fundamental de adquirir un completo desarrollo y de lograr un intenso entrenamiento de su sistema nervioso: cerebro y conexiones nerviosas.
- El juego forma parte de la socialización del animal: un gato que interacciona mediante el juego con aquello que le rodea nunca será un gato “retraído” o “tímido”.

El gato domestico tiene la particularidad de mantener su interés por el juego durante toda la vida. ¿Cuál es la razón por la que nuestro querido amigo pueda pasar horas acechando una “simple mosca”, pudiendo o no acabar ingiriéndola?

La dependencia que termina desarrollando el gato por su dueño hace que se desarrolle una característica fomentada por el humano, que es feliz viendo como su felino se mantiene siempre en una “eterna infancia”: que ese lindo gatito sea siempre un cachorro, que nos busque, que nos demande, que nos quiera.
Es por ello que un gato adulto seguirá durante toda su vida con un comportamiento “infantil”, y por ello y entre otras cosas, con ese comportamiento mezcla de expresión innata y de “ocio” que es el juego de acecho, persecución y caza.

Está claro que a nuestro felino domestico no le es necesario dedicar tanto tiempo para satisfacer sus necesidades alimenticias, pues tiene en su comedero la ración diaria necesaria de un adecuado alimento. Por ello el cazar una mosca, una polilla... o animales de mayor tamaño, con pelo o con pluma, no se realiza para satisfacer una necesidad nutricional sino como una forma de pasarlo bien, sentirse a gusto en su territorio y, en cierta medida, de mantenerse en forma.

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